Tejer es una de las actividades más adictivas que existen: relaja y, a la vez, engancha. Hemos comprobado que la fiebre de las agujas no tiene límites. Nadie se escapa, hasta los famosos se dan al punto. Ellos son hoy nuestros VIK, Very Important Knitters.
Seguro que os acordáis de la película Lars and the Real Girl [Lars y una chica de verdad]. En una escena, Ryan Gosling aprendía a tejer rodeado de señoras enfrascadas en sus labores. Tiempo después en una entrevista a GQ Australia, el actor afirmó que, si tuviera que planificar un día perfecto, recrearía aquella experiencia. Puedes tejer con amigos, te diviertes, el resultado se ve y, además, puede ser un buen regalo para alguien especial. Nosotras no lo hubiéramos dicho mejor. Desde entonces, Gosling se ha convertido en el sex symbol de las tejedoras en las redes sociales.
La relación entre el cine y el punto viene de lejos. Es tan fructífera y glamurosa como las películas de Hollywood. Iconos de la gran pantalla como Audrey Hepburn, Marilyn Monroe, Liz Taylor y Sofia Loren ya tejían en los descansos de los rodajes. Las actrices de ahora siguen locas por las agujas y no es postureo. Es conocido el amor de Julia Roberts por el punto. Incluso en una vez hizo unos jerséis para los hijos de Johnny Depp. La sombra del ganchillo es alargada y la lista de VIK aún más. Incluso llega a las estrellas de la pequeña pantalla. Son muchas las fotografías de Sara Jessica Parker y Kristin Davis que lo demuestran mientras ruedan Sex (and Knitting) in the City, o de Felicity Huffman, una de las Mujeres (y tejedoras) desesperadas.
Hablando de mujeres desesperadas, a este lado del charco tampoco nos quedamos atrás. Cómo olvidar la escena épica de Chus Lampreave en ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Sólo un tejedor compulsivo o un buen conocedor del mundo tejeril, como Almodóvar, podría haber escrito un guión tan lalanalunero: “No te digo que entres porque estoy enrollada con el punto”.