Nathan Vincent: manifiesto de ganchillo

En manos de este creador, la técnica del crochet se convierte en arte lalanalunero del bueno. Nathan Vincent hila muy fino. Con un ganchillo, realiza instalaciones de gran formato y consigue que la realidad sea subversiva. Este escultor teje objetos o escenarios asociados tradicionalmente al mundo masculino para cuestionar los estereotipos de género. No los infantiliza ni los feminiza, les da un doble sentido. Cada pieza es un manifiesto de ganchillo.

En su obra, un puño americano deja de ser una amenaza física para traer al hilo reflexiones sobre la violencia. Forra de ganchillo un vestuario de chicos rebosante de testosterona para hablar de roles en los espacios públicos y privados. Con un ganchillo como medio y bajo el título «Don’t make me count to three!» (¡No me hagas contar hasta tres!) transforma unos explosivos en yarn bombs. Así lanza cargas de profundidad que no dejan indiferente a nadie.

Uno de sus últimos trabajos, «Let’s Play War!» (¡Juguemos a la guerra!), es una instalación de 60 soldaditos, del tamaño de un niño, tejidos a ganchillo. Las figuras van cambiando de posición para interactuar con el público. Su objetivo es hacer reflexionar al espectador sobre la educación en la violencia a través de los juguetes.

Nathan Vincent empezó tejiendo 10 granny squares y ahora envuelve el mundo de ganchillo para cambiar lo que no le gusta. Hace lo que le da la lana, su obra es todo un manifiesto.

 

Nathan Vicent, vía nathanvincent.com
Nathan Vicent, vía nathanvincent.com

 

Nathan Vicent, vía nathanvincent.com
Nathan Vicent, vía nathanvincent.com

 

Nathan Vicent, vía nathanvincent.com
Nathan Vicent, vía nathanvincent.com

 

Nathan Vicent, vía nathanvincent.com
Nathan Vicent, vía nathanvincent.com

 

 

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