Entre las grandes preguntas de la tejedora de calceta, destaca una. ¿Agujas circulares o rectas? Quizá tú también te la hayas hecho en algún momento. Yo empecé a tejer con agujas rectas, al estilo tradicional, siguiendo las enseñanzas de mi abuela. Pero muy pronto, las dejé a un lado y me pasé al ganchillo. Me parecía mucho mas fácil, entonces aún no conocía las agujas circulares.

Como ya sabéis, tejo en cualquier parte: en el bus, en el metro, en el coche e incluso en el avión, si me dejan pasar con mis artilugios tejeriles. Las agujas rectas me resultan demasiado voluminosas para llevar. Y, además, ocupan mucho espacio al tejer. Así que sólo las utilizo en proyectos determinados para trabajar con lanas muy gruesas. Cuando hace unos años descubrí las circulares, se me abrió todo un universo de posibilidades lalanaluneras y me reconcilié con el punto de media. Es más: me he vuelto una incondicional de las circulares.

Las agujas circulares son pequeñas y fáciles de llevar de un lado a otro. Caben en cualquier parte. Y si en vez de tejer con el método inglés de toda la vida, aguantando la hebra a la derecha, tejes con el método continental, sujetándola con la izquierda, verás que es mucho más fácil trabajar. Aunque el aprendizaje requiere más tiempo, tiene muchas ventajas: podrás tejer varios proyectos a la vez… y a toda lana.

Hay dos tipos de agujas circulares, las fijas y las intercambiables. Por mi experiencia, prefiero  trabajar con las fijas de números pequeños, del 2 o del 2,5. Para el resto de labores, uso las intercambiables. Es mucho más cómodo. Puedo hacer más de un proyecto al mismo tiempo y dejar labores en espera usando el cable y los tapones enroscables. Otra ventaja de las circulares es que me permiten trabajar en circular y evitar costuras. En Lalanalú nos encantan los patrones top down, ya sea para tejer unos calcetines o un jersey de invierno. Si aún no lo has probado, te recomiendo nuestro top de verano. Es una buena manera para iniciarse con las agujas circulares.

A veces, la distancia más corta entre dos puntos no es la aguja recta. Quizá lo importante es tejer lo que quieras y cómo te dé la lana.

Eva

En Lalanalú, estamos preparadas para tejer a toda vela. El escaparate de la tienda-taller ya luce los aires náuticos que inspiraron la decoración de nuestro stand en el Handmade Festival. Te proponemos viajar por los mares de Ralvelry en busca de tesoros lalanaluneros. Somos como Jacques Costeau, Bob Esponja y el más aventurero personaje de Wes Anderson. Zarpamos en busca de olas y de los mejores patrones Navy Style. Sólo nos falta el gorrito rojo a los LifeAquatic, pero tenemos a punto el salvavidas y un farol de ganchillo para nuestra travesía. Embárcate con nosotras.

La estética marinera, que inspiró a diseñadores de moda como Coco Chanel o Jean-Paul Gaultier, también ha caído en nuestras redes. No faltan patrones con rayas en blanco, azul y rojo y motivos marineros como anclas, nudos y faros. Aquí tienes un recopilatorio para tejer a toda vela, a velocidad de crucero o cómo te dé la lana.

Para que nadie se quede en tierra, en nuestra selección lalanalunera encontrarás desde mantas y cojines hasta posa vasos. También hay espacio para los amigurumis y cómo no: tops, jerséis y bolsos, las estrellas del verano.

Te invitamos a unirte a la expedición lalanalunera. ¡Bienvenida a bordo!

Siempre me gusta tejer en espacios abiertos y, ahora que hace buen tiempo, aprovecho algunos ratos de los domingos. Por eso, tengo siempre a mano mi bolsa de labores. Cualquier oportunidad es buena para avanzar proyectos, preparar muestras de punto y dar rienda suelta a mi pasión por la lana. Pero os voy a contar un secreto… tejer al aire libre tiene truco. Hay que escoger bien la labor, los materiales y el lugar. Cuando se trata de tejer, no todo vale. Voy a darte unos consejos lalanaluneros para que sea una experiencia súper relajante.

1. Pon a punto tu bolsa de labores para esta temporada. Puedes reciclar la del año pasado, confeccionarla tú misma o incluso comprar una que se adapte a tu estilo y a tu bolsillo. Ya conoces nuestro lema: haz lo que te dé la lana.

2. Elige un proyecto que sea fácil de llevar y no suponga muchos cambios de colores. Evita las labores complicadas o de gran formato. Y, sobre todo, descarta las que exijan mucha concentración. No se trata de cargar con una mochila cada vez que sales de casa ni de estar contando puntos como una loca. Para pasar un rato realmente agradable, te recomiendo tejer piezas pequeñas, como chales sencillos, monederos o estuches. El resultado es mucho más inmediato y gratificante.

3. Prepara un «botiquín» tejeril de temporada. Yo, por si te sirve de ayuda, además de agujas y ganchillos, siempre llevo un pequeño estuche de emergencia con los accesorios imprescindibles. No me olvido de los marcapuntos, cortahilos o tijeras pequeñas, cinta métrica, tapones para las agujas, un boli ni de una pequeña libreta por si quiero añadir notas al patrón de turno o apuntar alguna ocurrencia. Otro must: un ganchillo del 3 para recuperar puntos y evitar males mayores en caso de urgencia. ¡Nunca se sabe cuando una labor necesitará primeros auxilios!

4. El lugar lo es todo. Busca un espacio donde te sientas cómoda y te apetezca pasar un buen rato. Yo, como tengo la piel muy blanca, prefiero la sombra. Así que siempre cargo con una sombrilla a cuestas. Si prefieres tejer al sol, acuérdate del protector solar y añade también toallitas húmedas a tu equipo tejeril. Así mantendrás tus manos limpias y el proyecto sin manchas de grasa.

5. Protege tu proyecto para vuelva a casa sano y salvo. Por lo general, yo siempre guardo mis labores en una bolsa de tela. Si tengo entre manos algo muy delicado o estoy tejiendo con hilos de color blanco o tonos crudos, prefiero utilizar una bolsa de plástico con cierre zip. Así dejo solo una pequeña ranura para el hilo y evito que los pequeños intrusos, como los granitos de arena o las hormigas y demás insectos, ensucien los ovillos mientras tejo.

Espero que te sirvan mis consejos lalanaluneros. Recuerda que dónde vayas, al parque, a la playa o a la montaña, lo importante es que disfrutes mientras tejes… en casa o al aire libre. Y ya que estamos, inmortaliza tu momento #wip y compártelo en las redes sociales con el hashtag #5tipslalanaluneros.

Eva

Una vez has elegido un patrón, hay que tejer una muestra sí o sí. Al principio, cuando te estás iniciando el mundo del punto, puede parecer un castigo. Lo he podido comprobar a lo largo de cinco años de experiencia dando clases. He visto cómo mis alumnas se quejaban  una y otra vez. Mi respuesta siempre es la misma: deshacer un jersey entero por haber calculado mal la muestra es mucho peor. Por eso, voy a explicarte cuál es la importancia de una muestra, cómo hacerlo disfrutando mientras tejes y cómo evitar problemas después.  Sólo  así  podrás calcular los puntos que necesitas y conocerás  cuál es la tensión adecuada para tu labor o, al menos, saber si coincide con el patrón.

Siempre tejo una muestra antes  de comenzar una prenda,  tenga o no patrón. Es la única manera de comprobar  cómo se comporta el hilo con las agujas que he elegido, si el punto queda apretado o suelto y cambiar de agujas en caso necesario. En el patrón, normalmente se indican cuántos puntos montar, cuántas vueltas hay que tejer y los centímetros.  Por lo general,  la muestra es de 10 x 10 cm.  Al tejerla,  puedo ver si tengo la misma tensión si quiero cambiar de hilo. En otro post, ya expliqué cómo la muestra era básica para ajustar el patrón a tu stash y a tus agujas.

 
Si no sigues un patrón, dependiendo  del  grosor del hilo, podrás montar más o menos puntos. Lo ideal es que la muestra final mida 10 x 10 cm, como mínimo. Si tejes una más pequeña, no verás si el punto cede cuando tejes. Puede  que al hacer la prenda real, te quede más grande de lo que esperabas. Entonces tendrás que deshacer tooodoo el jersey. ¡Se dice pronto!

 
Es muy importante que realices la muestra con las mismas agujas con las que vas a trabajar después. Con unas de bambú el punto quedará más suelto que con las de metal. Si trabajas con unas agujas rectas, quedará más suelto que con circulares. También hay casos en los que varía la tensión. Por ejemplo, al trabajar en circular o en recto. Si tejes un jersey top down, que se hace en circular, y sabes que en recto trabajas más suelto que en circular, lo ideal es tejer la muestra en circular para obtener la misma tensión y evitar sustos.

 
La forma correcta de finalizar una muestra es cerrando los puntos, sacarla de las agujas, lavarla y bloquearla, tal y como harías con el proyecto elegido. Así podrás ver cómo reacciona el hilo al lavado y bloqueado, si cede o encoge. Lo mismo le sucederá a nuestra labor. Por eso es necesario medir la muestra, una vez lavada y bloqueada. Siempre hay que medir la muestra en plano, sin estirarla en exceso, para no deformarla. Así  obtendrás una medida fiable y reducirás los márgenes de error.

La pregunta del millón es qué hacer después con todas las muestras. Te recomiendo crear un archivo de muestras. Lo mejor es pegar cada pieza junto a la etiqueta de la lana que hayas utilizado, apuntar las agujas con las que has trabajado y los puntos y vueltas tejidas. La próxima vez que utilices el mismo hilo, tendrás toda la información que necesitas y no tendrás que repetirla. Seguro que a partir de ahora crear muestras será un reto muy lalanalunero.

Cuando llega el momento ordenar el armario, toca despedirse de los jerséis, los calcetines, los gorros y las bufandas de lana hasta el otoño. Como buena tejedora, también aprovecho para ordenar mi stash. Llamamos así a ese cúmulo de madejas y ovillos de lanas que compramos compulsivamente y guardamos quién sabe dónde a la espera del patrón adecuado. Para tu tranquilidad, al igual que sucede con la ropa, hay trucos para conservar las lanas en buen estado y evitar que se estropeen. Voy a darte unos consejos lalanaluneros para organizar tu stash y mantener tus lanas en perfectas condiciones hasta la próxima temporada.

Lo primero que tienes que hacer es un inventario. Ordena los ovillos y madejas por materiales y separa las fibras y algodones más veraniegos de las lanas y alpacas. Despiertan nuestros instintos tejedores más ocultos, pero dan calor con solo verlas. Agrúpalas por tipos, marcas, colores, composición o como te dé la lana y guárdalas en bolsas de plástico con cierre zip.

Para mantenerlas a salvo de polillas, en cada bolsa pongo unos saquitos de hierbas muy lalanaluneros. En un retal de algodón mezclo un poco de lavanda seca, una ramita de canela y una pizca de romero seco. Para cerrarlo, bastan unas puntadas. Si tu stash ocupa mucho, almacena las lanas en cajas grandes de cartón o plástico y aumenta las proporciones de hierbas de los saquitos antipolillas.

También es un buen momento para revisar todos esos proyectos WIP (Work in Progress). Ya sabes, todas las labores que tienes a medias. Si no vas a tejerlas durante el verano, es mejor guardarlas junto a las lanas y retomarlas la próxima temporada.
Ahora que ya tienes tu stash a buen recaudo y tus fibras y algodones a mano, puedes concentrarte en nuevos proyectos. Para inspirarte, en nuestra web encontrarás unas cuantas ideas lalanaluneras. ¡A tejer se ha dicho!

Eva