Me he quedado sin lana a mitad de la labor. ¿Qué puedo hacer?
Lalanalú: Tu labor está ya avanzada, cuando de repente te das cuenta… ¡Horror! Te has quedado corta de lanas a mitad o al final de tu creación tejeril. Haces cálculos y no te salen los números. Peor aún: Compraste esas madejas hace años o durante un viaje. Era una edición limitada de lanas teñidas a mano o una tintada especial para una feria. No hay manera de dar con el mismo hilo y ese color que buscas está descatalogado. ¿Y ahora qué? Tranquila, ¡llega la caballería lalanalunera al rescate!
Quedarse sin lana es uno de los mayores temores de toda persona que teje, por eso acumulamos tanto stash… Por eso y porque nos puede el amor a la lana. A veces, calcular la cantidad de ovillos para cada proyecto puede convertirse en una auténtica odisea. Existen puntos, técnicas y tensiones que consumen más hilo que otros. Sin ir más lejos, necesitas más hilo para tejer a ganchillo que a punto de media. Y cuanto más tupido es el tejido, más utilizarás. Por eso, es mejor pasarse que quedarse a medias. Y, ante la duda, coge un ovillo o una madeja extra para terminar tu proyecto tranquilamente.
Si aun así te has quedado sin lana para terminar tu obra, te recomendamos hacer del fallo una virtud con unos pequeños trucos lalanaluneros. Así podrás terminar tu proyecto sin dramas. Y, además, sin que nadie se dé cuenta del cambiazo.
Consejo lalanalunero: Intenta mantener el mismo grosor del hilo original para evitar aumentos o disminuciones en la labor. Y, a ser posible, también la composición. Te facilitará la vida (tejeril).
Colores de contraste. Rara vez encontrarás un hilo que sea exactamente del mismo color que el tuyo. Y un pequeño matiz, se ve a simple vista. Así que te recomendamos hacer todo lo contrario: Si cambias de lana ¡hazlo a lo grande! Juega con colores que contrasten o con complementarios del principal de tu proyecto. Esta idea vale para todos los trucos. ¡Que se vea!
Texturas. Existe una gran variedad de lanas, algodones y fibras que aportan diferentes texturas y volúmenes. Combina hilos con más pelo, tipo mohair, engamados pero de distinto grosor, con más o menos brillo o más rígidos para crear detalles y acabados. ¡No te cortes ni un pelo!
Acabados. Si estás tejiendo un jersey, teje puños, cuello, tapeta, elástico y bolsillos de otro color. Puedes hacer lo mismo con chaquetas y calcetines. Es una opción sencilla y muy resultona. ¡Divide y vencerás!
Rayas de colores. Las rayas siempre dan mucho juego y puedes combinar dos o más colores. Sólo tienes que deshacer una pequeña parte de tu labor e intercalar el color nuevo. Piensa bien el diseño. Lo interesante es ir degradando las rayas hacia el nuevo color. Por ejemplo, teje una vuelta del nuevo color y dos del principal, dos del nuevo y dos del principal, tres del nuevo y uno del principal y termina con el nuevo. Así de fácil.
Bordes. Este truco tan sencillo funciona muy bien para mantas, capas, chales y ponchos. Solo tienes que añadir un ribete de un color o textura diferentes. Existen muchos puntos para hacer bordes y rematar tu labor como un profesional. Piensa en flecos, grannies, borlas, puntillas, abanicos… y lo que te dé la lana.
Una pieza extra. Levanta puntos o cose una pieza extra en tu prenda: trabaja en los laterales, el cuello o añade franjas. Atrévete a experimentar, crea algo divertido y olvídate de que te has quedado sin lana. ¡Todo está en tu imaginación!
Como ves, es más fácil de lo que parece, Lalanalú. Cuando te quedes sin hilo, lánzate a experimentar con colores y texturas. Lo importante es seguir adelante puntada a puntada hasta terminar tu labor.
Cuéntanos cómo es el resultado final y si tú también tienes algún truco lalanalunero para terminar tu labor. ¡Todo por la lana!
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